Se enojó Carl Cox.
El destinatario de su ira fué el dueño de un club neozelandés, Neil Andrews, que tuvo un conflicto con los representantes de Carl Cox después de subir un comentarios explícitamente racista a Facebook, que decia: "Simplemente porque no dejemos entrar a grupos de repulsivos indios violadores en el club eso no nos convierte en racistas, además no compran alcohol. Seguramente para estar lo bastante sobrios como para meter el cuerpo de la victima en el baúl de su taxi, todo eso mientras visten camperas de cuero que les quedan grandes y zapatillas deportivas".
Esto tomó repercusión cuando los representantes de Cox pidieron al dueño que retire el comentario y pida disculpas antes de la actuación del británico el pasado 17 de enero. Aunque Cox no tiene ningún tipo de ancestro indio, el comentario le pareció racista y no quiere ningún tipo de relación con este tipo de declaraciones.
Desde entonces se borró el comentario, dejando entrever Andrews que todo era un chiste: "A veces me paso, pero así el mensaje llega a las calles. No quise ofender a ningún tipo de raza y por eso pido perdón". A pesar de la polémica Andrews continúa declarando que hay un problema con una minoría de indios que acosan a las mujeres no solo en su club, sino en todo Wellington.